La artesanía de El Salvador es una rica expresión de su herencia indígena, influencias coloniales y cultura vibrante, con artesanos que utilizan materiales locales y técnicas tradicionales transmitidas de generación en generación. Una de las artesanías salvadoreñas más famosas son las sorpresas, pequeñas figuras de arcilla escondidas dentro de delicadas cajas, que a menudo representan la vida rural cotidiana o escenas caprichosas. La ciudad de Ilobasco es particularmente famosa por esta intrincada cerámica. Otra artesanía emblemática es el teñido de añil (índigo), una tradición centenaria en la que se utiliza el índigo natural para crear hermosos textiles teñidos a mano en varios tonos de azul, a menudo con patrones tradicionales. Los artesanos también producen coloridas hamacas en la ciudad de San Sebastián, utilizando telares para tejer fibras de algodón en diseños intrincados. Además, en todo el país destacan los artículos de madera tallada a mano, la marroquinería y la cestería hecha de fibras naturales como el henequén (sisal). La artesanía de El Salvador celebra su herencia cultural y proporciona medios de vida sostenibles, manteniendo vivas las técnicas ancestrales y al mismo tiempo apelando a los gustos modernos.