La artesanía de Honduras es una rica mezcla de influencias indígenas lencas, mayas y coloniales españolas, que muestran la profunda herencia cultural del país y su conexión con su entorno natural. Una de las artesanías más notables es la cerámica Lenca, hecha a mano utilizando técnicas tradicionales transmitidas de generación en generación en las comunidades rurales. Estas cerámicas, a menudo decoradas con patrones geométricos y pigmentos naturales, son a la vez funcionales y decorativas, y reflejan prácticas antiguas. Los textiles también juegan un papel clave, particularmente en regiones como Intibucá, donde los artesanos tejen coloridas mantas, chales y prendas de vestir utilizando telares tradicionales. El pueblo de Valle de Ángeles es famoso por su tallado en madera, donde los artesanos crean intrincadas esculturas, máscaras y muebles, que a menudo representan animales y folclore local. Además, en todo el país son comunes la cestería y las hamacas elaboradas con fibras naturales como junco y henequén. Las artesanías de Honduras no sólo son una preservación de sus tradiciones ancestrales, sino que también proporcionan medios de vida esenciales para los artesanos locales, asegurando que estas técnicas perduren para las generaciones futuras.