Madera tallada

Las obras artesanales talladas de Honduras, sólo se producen en el pueblo de Valle de Ángeles, departamento Francisco Morazán, a 25 kilómetros de la capital. Destacan los baúles de diversas dimensiones, desde miniaturas hasta cofres grandes para guardar ropa de cama, pero también hacen cuadros como adornos igualmente tallados. A su vez, hay personas que […]

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Las obras artesanales talladas de Honduras, sólo se producen en el pueblo de Valle de Ángeles, departamento Francisco Morazán, a 25 kilómetros de la capital.

Destacan los baúles de diversas dimensiones, desde miniaturas hasta cofres grandes para guardar ropa de cama, pero también hacen cuadros como adornos igualmente tallados. A su vez, hay personas que encargan puertas talladas, bares, mueles de sala o de cocina, y espaldares de camas, además, mesas de desiguales tamaños, con diversos paisajes.

Los dibujos según los talladores, “salen de su cabeza”. Y aunque hagan cientos de ellos, ninguna obra es igual a otra. Sin embargo, según pedidos, algunos “clientes” que gustan de este arte, pueden llevar una fotografía como modelo, o explicar lo que desean, pero los talladores prefieren hacer dibujos espontáneos, pues esta técnica les brinda más la libertad de creación.

Si bien existen en Honduras Cooperativas de Artesanos, el tallado de madera sólo se hace en este lugar. La madera que utilizan es cedro y caoba, aunque alguien puede pedir otro tipo de madero según el uso que le dará. También se piden tenedores y cucharas grandes para usarlos como colgadores de llaves o cuadros tallados con paisajes, flores u otros motivos.

Valle de Ángeles es el pueblo por excelencia en el cual se pueden obtener casi todas las artesanías de Honduras en diversos galpones allí instalados, pero la madera tallada, sólo se trabaja en este lugar. Sus técnicas son muy artesanales. No trabajan con herramientas eléctricas, solo sierras manuales para cortar, cuchillas de mano, cinceles, cepillos para madera y no usan clavos, sólo tornillos y bisagras.

Hacen también “cuadros de pared”. Algunos poseen pinturas acrílicas, según solicitud, pero no es habitual. Su tradición es, tallar la madera con el color natural, lijarla varias veces y sólo les ponen sellador, pero las sombras o claridades de las piezas, que ellos llaman “luceado”, se logran con la lija, según la misma naturaleza en la cual viven, montañas, casas de bahareque y tejas, corredores, iglesias, cercas, y se inspiran es su propio pueblo o en Santa Lucia, otro lugar de la misma área. En realidad, los artesanos hacen honor al nombre de su pueblo: Valle de Ángeles.

english

Carved wood.

Wood carvings are only produced in the town of Valle de Ángeles, in the department of Francisco Morazán, 25 kilometres from the capital.  The chests are of various sizes, from miniatures to chests, carved doors, bars, living room or kitchen furniture, and bed backs, as well as tables of various sizes, with landscapes.

The drawings, according to the carvers, are their own creations. They can also reproduce photographs or explain what they want, but the carvers prefer to make spontaneous drawings, as this technique gives them more freedom of creation.

There are artisan cooperatives in Honduras, and wood carving is only done here. The wood they use is cedar and mahogany, although someone can ask for another type of wood depending on the use they will make of it. They also ask for large forks and spoons to be used as key hangers or pictures carved with landscapes, flowers or other motifs.

Valle de Angeles is the town par excellence where you can get almost all the handicrafts of Honduras in various sheds installed there, their techniques are very artisanal. They do not work with electric tools, only hand saws for cutting, hand blades, chisels, wood planes and they do not use nails, only screws and hinges. They also make “wall paintings”.

Their tradition is to carve the wood with the natural colour, sand it several times and only use sealer. But the shades or lightness of the pieces, which they call “luceado”, are achieved with sandpaper, according to the same nature in which they live, mountains, mud and tile houses, corridors, churches, fences, and they are inspired by their own village or in Santa Lucia, another place in the same area. In fact, the artisans honour the name of their village: Valle de Angeles.

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