Fibras vegetales sombrero de paja de catacaos

La vestimenta andina prehispánica ha conocido el uso de diversos tipos de tocados de materiales diversos, la paja destaca entre ellos. En el siglo XV tiempo de la llegada de los europeos a América trajeron el sombrero-tocado. La gradual imposición de la moda española a las poblaciones nativas introdujo el uso de sombrero en los […]

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La vestimenta andina prehispánica ha conocido el uso de diversos tipos de tocados de materiales diversos, la paja destaca entre ellos. En el siglo XV tiempo de la llegada de los europeos a América trajeron el sombrero-tocado. La gradual imposición de la moda española a las poblaciones nativas introdujo el uso de sombrero en los pueblos andinos, y desde entonces  forma parte de la vestimenta en esta región.

El tejido del sombrero de Catacaos de Piura, no tiene una fecha de nacimiento, sin embargo, ya en el siglo XVIII,  se confeccionaban como prenda de vestir española y poco a poco, en el proceso de intercambio cultural entre españoles y americanos, el tejido de sombreros de paja fue cambiando. Inicialmente los tejieron en junco y luego en paja toquilla o paja blanca traída tanto de las costas ecuatorianas como de la selva peruana.

De esta manera, fueron mejorando el tejido de paja, de tal forma que, según la tradición existieron sombreros de varias calidades: grueso, entrefino y fino. Este último fue signo de elegancia y distinción, era tan fino que podía guardarse en el bolsillo sin perder la forma. A finales del siglo XIX, Catacaos llegó a convertirse en el eje comercial sombrerero del Perú.

El tejido del sombrero forma parte de la vida cotidiana del poblador rural de Catacaos que se sigue transmitiendo de generación en generación y principalmente, esta labor es realizada por las madres y mujeres de esta localidad y centros poblados aledaños como Pedregal Chico, Pedregal Grande, La Campiña y Narihualá.

La técnica del proceso tejido se inicia con la selección y corte de la fibra, en seguida se usa la técnica de raje y emparejo a mano de las hebras finas y posteriormente, se empieza el tejido con la técnica platillo que son círculos tejidos alrededor del centro, además se realiza el desarrollo de la copa del sombrero y se complementa con el hormado que es el encaje del tejido a la horma,  a continuación se realiza la falda o ala, que es el conjunto de uniones y agregados de hebras. Finalmente, se hace el remate para asegurar hebras y el empotado que es el jalado final, se lava , limpia hasta que el producto esté listo para el mercado.

La calidad del sombrero se clasifica en grueso o entrefino, que aprovecha el grosor natural de la paja, alrededor de 1.20 milímetros, y el fino, que usa hebras muy delgadas, de 0.7 milímetros obtenidas al dividir una hebra normal. El tejido se realiza completamente sentado en el suelo o sobre una tarima, práctica de tejido que podría extinguirse.

Esta región donde se localiza la población de Catacaos sufre de constantes inundaciones producto del fenómeno del niño, perjudicando sus talleres artesanales, sin embargo, un conjunto de gremios artesanales y artesanas en especial en los caseríos de Narihualá, Pedregal Chico y Pedregal Grande, luchan por seguir adelante y mantener esta actividad artesanal desarrollando otros productos utilitarios y decorativos. El tejido del sombrero fino tiene inconvenientes porque escasea la materia prima adecuada y por la avanzada edad de las pocas tejedoras conocedoras de este arte fino. Las nuevas generaciones no quieren seguir tejiendo porque tienen otras opciones de trabajo, por lo que la transmisión de la técnica del tejido fino está en peligro de desaparecer.

Ei Estado Peruano frente a esta necesidad de salvaguardar esta actividad declaró como patrimonio Cultural de la Nación al sombrero de Paja de Catacaos, provincia y departamento de Piura, así como a los conocimientos antiguos transmitidos de generación en generación, habiéndose convertido en uno de los símbolos de identidad local.

En la actualidad, en el mundo estamos viviendo un proceso de retorno al uso del sombrero, por la alta radiación solar que requiere la protección del rostro y la cabeza de los rayos ultravioleta, con sombreros de ala ancha como las que se producen en la localidad de Catacaos.

English

Catacos straw hat

Pre-Hispanic Andean clothing has known the use of various types of headdresses made of different materials, straw being one of them. In the 15th century, at the time of the arrival of the Europeans in America, they brought the hat-headdress. The gradual imposition of Spanish fashion on the native populations introduced its use in the Andean villages, and since then it has been part of the clothing in this region. The weaving of hats does not have a date of birth, however, already in the 18th century, they were made as a Spanish garment and little by little, in the process of cultural exchange between Spaniards and Americans, the weaving of straw hats was changing. Initially, they were woven in reed and then in toquilla straw or white straw brought from the Ecuadorian coasts and the Peruvian jungle.  At the end of the 19th century, Catacaos became the commercial centre of the Peruvian hat trade.

The hat is part of the daily life of the rural population and this work is carried out by the women of this locality and surrounding villages such as Pedregal Chico, Pedregal Grande, La Campiña and Narihualá. The technique of weaving process begins with the selection and cutting of the fibre, followed by the process of thinning and pairing of the fine threads by hand, and then the weaving begins with the ‘platillo’ technique, which are circles woven around the centre, the development of the hat’s crown is also carried out, and is complemented with the ‘hormado’, which is the fitting of the fabric to the last, followed by the skirt or brim, which is the set of joins and aggregates of threads.  Finally, the finishing is done to secure the threads and the final pulling, it is washed and cleaned until the product is ready for the market.

The quality of the hat is classified as thick or thin, which uses the natural thickness of the straw, around 1.20 millimetres, and fine, which uses very thin strands, 0.7 millimetres, obtained by dividing a normal strand. The weaving is done completely seated on the ground or on a pallet. There is a group of artisan guilds, especially in the hamlets of Narihualá, Pedregal Chico and Pedregal Grande, who struggle to maintain this artisan activity by developing utilitarian and decorative products. The weaving of fine hats has problems because of the scarcity of suitable raw materials and the advanced age of the weavers who know this fine art. The new generations do not continue weaving because they have other work options, so the transmission of the technique is in danger of disappearing.

The Peruvian State declared the Catacaos straw hat as the Cultural Heritage of the Nation, as well as the ancient knowledge transmitted from generation to generation, and it is one of the symbols of local identity.  Nowadays, in the world, we are seeing a return to the use of the hat, due to the solar radiation that requires protection from ultraviolet rays, with wide-brimmed hats such as those produced in the town of Catacaos.

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