Description
Argentina es un país con una gran tradición del trabajo artesanal en cuero. Podemos hablar de tradiciones indígenas y otras campesinas a lo largo y ancho del país. Entre las últimas está el trabajo de cuero crudo entramado, que es parte de la identidad del gaucho y de la cultura ecuestre.
Con respecto a las técnicas tradicionales indígenas del cuero, una de las más importantes es la quillanguería patagónica. Se trata del trabajo de procesamiento artesanal del cuero de diferentes animales que realizan las comunidades Tehuelche. El procedimiento incluye raspado, curtido, sobado y lavado, maceración, estaqueado, costura de los tientos y decoración.[1][2] Una de las piezas tehuelches más representativas es la capa kai realizada con cuero de guanaco (Lama guanicoe). La maestra artesana de Gobernador Gregores, Adela Yatel, logró transmitir el conocimiento a la comunidad antes de su fallecimiento que sucedió en el año 2017.
Otras técnicas importantes de las comunidades indígenas son el trabajo de cuero crudo y la soguería de los artesanos y jinetes Mapuche, Huarpe y Kolla, todos testimonio del enraizamiento de la cultura ecuestre en las comunidades indígenas. La artesanía en cuero gauchesca y criolla logra en el país altos estándares de calidad y nuevas generaciones de artesanos que se destacan en el oficio. Los sogueros o guasqueros realizan múltiples objetos para su uso en la zona rural. Dichos objetos en cuero se realizan preferentemente en clima húmedo o provocando la flexibilidad de las lonjas de cuero.
De las lonjas se obtienen tientos finos que se tejen para lograr trenzas, botones, presillas, pasadores, nudos y otros recursos para la elaboración de múltiples objetos (Flores, 1960). Los trenzados operan como recursos, además, expresivos que superan el carácter funcional de las piezas. La producción más popular de trenzados es la de los cabos de cuchillos. Existen escuelas, talleres y maestros artesanos en todo el país que transmiten estas técnicas. Entre los más prestigiosos se encontraba Martín Gómez, de Ranchos, Provincia de Buenos Aires, que fuera declarado Primer Maestro Artesano[3] de su provincia y Patrimonio Viviente de su ciudad. Asimismo su espacio de producción, el taller, fue declarado Patrimonio de la localidad. Martín Gómez falleció en el año 2017, pero su legado continúa en su hijo Néstor.
Otro ejemplo de localidad en la que es representativa la soguería en cuero crudo para uso ecuestre, está Villa Elisa, Entre Ríos. En esa ciudad se concentra una oferta de productos en cuero crudo tales como cuchillos y rebenques con mango en tientos de cuero, partes del emprendado o montura del caballo, siendo reconocido entre sus pares el maestro soguero Mario Fabre[4].
En Viale, otra localidad de la misma provincia sucede lo propio con el maestro artesano Paulo Romero[5], eximio tejedor de mangos de cuchillos criollos, cuya actividad está fuertemente ligada a la cultura gastronómica del asado. Por otra parte es importante la transmisión familiar de las especialidades de soguero, trenzador y lacero en las zonas rurales de los departamento de Loreto[6] y Ojo de Agua, en la provincia de Santiago del Estero. Estas artesanías son consideradas de trabajo y abastecen una gran demanda regional.
[1] Integra el Relevamiento de manifestaciones del patrimonio cultural inmaterial en Argentina publicado por la Dirección Nacional de Bienes y Sitios Culturales del Ministerio de Cultura de la Nación.
[2] Patrimonio Cultural de Santa Cruz.
[3] La Ley 12.456 declara de Interés Provincial la actividad artesanal desarrollada por los artesanos bonaerenses como productores de elementos de significación cultural y la preservación, promoción, difusión y desarrollo de las artesanías bonaerenses e institúye la figura del Maestro Artesano como distinción a la labor y trayectoria de aquellos artesanos que se hayan destacado por su trabajo artesanal y por haber cumplido con la misión de contribuir a la vigencia de las tradiciones bonaerenses, a través de la difusión y transmisión de técnicas o habilidades que forman parte del patrimonio cultural provincial.
[4] Integra el Relevamiento de manifestaciones del patrimonio cultural inmaterial en Argentina publicado por la Dirección Nacional de Bienes y Sitios Culturales del Ministerio de Cultura de la Nación.
[5] Paulo Romero obtuvo el Reconocimiento a la Calidad del Producto Artesanal del Cono Sur otorgado por el World Crafts Council con el patrocinio de UNESCO.
[6] Integra el Relevamiento de manifestaciones del patrimonio cultural inmaterial en Argentina publicado por la Dirección Nacional de Bienes y Sitios Culturales del Ministerio de Cultura de la Nación. Fue relevado por la
Subsecretaría de Cultura de la Provincia de Santiago del Estero.
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Leather products
Argentina boasts a rich tradition of leather craftsmanship, encompassing indigenous and other peasant traditions across the entire country. Within the latter category, the intricate art of weaving leather rawhide is integral to the identity of the gaucho and the equestrian culture.
One of the most crucial traditional indigenous leather techniques is Patagonian quillangueria, which involves the artisanal processing of leather from various animals by Tehuelche communities. The procedure encompasses scraping, tanning, soaking and washing, maceration, tinning, stitching, and decorating. A prime example of Tehuelche craftsmanship is the kai cape made from guanaco (Lama guanicoe) leather. Adela Yatel, a master craftswoman from Gobernador Gregores, successfully imparted her knowledge to the community before her passing in 2017.
Several significant techniques employed by Indigenous communities include rawhide work and sogueria (rope work) by Huarpe, Kolla, Mapuche artisans, and horsemen, serving as a testament to the deep-rooted connection between equestrian culture and these communities. The gaucho and Creole leather craftsmanship in the country attains high-quality standards, with emerging generations of artisans excelling in the trade. Sogueros (rope artisans) or guasqueros (raw-leather artisans) craft numerous objects used in rural areas. These leather items are preferably created in humid climates to ensure the flexibility of the leather strips.
Thin strips of leather are skillfully woven into braids, buttons, loops, pins, knots, and other components, serving as essential resources for crafting various objects (Flores, 1960). Beyond their functional purpose, these braids also serve as expressive elements. One of the most renowned applications of this technique is in the production of knife handles. Throughout the country, there are schools, workshops, and master craftsmen dedicated to passing on these intricate techniques. Among the esteemed artisans is Martin Gomez, hailing from Ranchos in the Province of Buenos Aires, who was honoured as the First Master Craftsman of his province and recognized as Living Heritage of his city. His workshop, a space of prolific production, has been designated as a local heritage site. Although Martin Gomez passed away in 2017, his legacy lives on through his son Nestor.
Villa Elisa, Entre Rios, is another example of a locality where rawhide rope work for equestrian use is representative. In this city, there is a concentrated offer of rawhide products such as knives and whips with leather handles, parts of horse saddles or saddles, and Mario Fabre is well known among his peers as the master of rope work.
In Viale, another town within the same province, Paulo Romero stands out as a master craftsman and an outstanding weaver of handles for Creole knives. His expertise is closely tied to the gastronomic culture of the asado (barbecue). Conversely, the familial transmission of skills in rope work, braiding, and lasso handling (by laceros) holds significant importance in the rural areas of the departments of Loreto and Ojo de Agua, located in the province of Santiago del Estero. These crafts are recognized as labour-intensive arts and play a crucial role in meeting substantial regional demand.
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